Primero, hay una lección sobre el fracaso: Israel había fracasado por no dar fruto para Dios. En el Antiguo Testamento la higuera va asociada con la nación de Israel (Jeremías 8:13; Nahum 3:12; Oseas 9:10). Como la higuera que maldijo nuestro Señor, Israel no tenía “nada … sino hojas”. Observa que el árbol se secó “desde las raíces” (Marcos 11:20). Tres años antes Juan el Bautista había puesto el hacha a las raíces del árbol (Mateo 3:10), pero los dirigentes religiosos no prestaron atención al mensaje.
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